XVII Edición | Mención Especial

Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro

Almedinilla

Mención Especial XVII Edición

Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
1/10
Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
2/10
Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
3/10
Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
4/10
Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
5/10
Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
6/10
Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
7/10
Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
8/10
Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
9/10
Imagen
Rehabilitación de la casa de la Fuente del Loro. / Alicia Jiménez Jiménez. / XVII Mención Premio Félix Hernández. Categoría Rehabilitación
10/10

Rehabilitación de la Casa de la Fuente del Loro.

La casa de la Fuente del Loro se localiza en Almedinilla, un pequeño municipio situado al sur de la provincia de Córdoba.

Se trata de una edificación singular de principios del siglo XX ubicada en el casco histórico del pueblo que se desarrolla en tres niveles y se inserta entre dos calles situadas a diferente cota; la calle Iglesia y la calle Llana.

 

Diálogo entre la contemporaneidad y lo vernáculo.

El proyecto de la casa de la Fuente del Loro surge desde el claro propósito de aprender de lo cercano, en un entorno rural donde los esfuerzos y logros colectivos se aprecian con claridad y siguen teniendo hoy, valor de uso.

La arquitectura se entiende como una experiencia vivencial; hay que sentirla antes que comprenderla y para ello, tiene que emocionar. Cada viga de madera que compone los forjados existentes perteneció a una alameda cercana al río Caicena, fue cortada y curada, cada piedra que constituye los muros de mampostería fue acarreada de un lugar cercano años atrás.

En la búsqueda de una mayor empatía y amabilidad entre los paisajes urbanos y rurales, una mayor durabilidad de las construcciones, sostenibilidad, economía de medios y claridad tectónica, reside la esencia de la propuesta que recoge el interés por el valor añadido propio de la arquitectura vernácula que aún sobrevive en el municipio.

La intervención en la casa de la Fuente del Loro plantea la rehabilitación de la construcción existente para adaptarla a las necesidades de las personas usuarias y explora el campo de la simplificación constructiva con la que se pretende establecer un diálogo permanente con la arquitectura heredada sin perder de vista su identidad haciendo posible una nueva mirada sobre la arquitectura existente.

Hacia la fuente oculta; luz, ventilación y el sonido del agua.

Desde la primera toma de contacto con la vivienda y con el claro propósito de introducir el uso residencial en planta baja, se establece como punto de partida la puesta en valor de una de las particularidades que presenta la vivienda: una pila abandonada que aprovecha el agua sobrante de la Fuente del Loro y que se encuentra oculta tras un muro en mal estado de conservación.
Este posicionamiento no es meramente estético.

La apertura del nuevo patio, vinculada a la puesta en valor de la presencia del agua acompañada del sonido que fluye constante, ofrece luz y ventilación.

Estos elementos intangibles e imprescindibles para la casa dan respuesta a la habitabilidad en este nivel.

Surge así un nuevo corredor doméstico bañado por la luz que se cuela por el patio y entorno a él, se generan nuevas estancias que constituyen la vivienda de parte de la segunda y tercera generación de la familia.

La ventilación natural cruzada, solventa en gran medida los problemas de humedad existentes en este nivel, originariamente compuesto por una sucesión de espacios inconexos y en desuso a los que se accedía de forma independiente desde la calle Iglesia, situada en la cota inferior.

La planta intermedia se destina a la generación más longeva de la familia.

Este nivel alberga un dormitorio con baño privado y los espacios de mayor tránsito y actividad social que constituyen un punto de encuentro intergeneracional.

La intervención, desnuda y conserva los muros de mampostería que dialogan con la textura del yeso vivo trabajado de forma tradicional y las vigas de madera de chopo que se encontraban ocultas tras los falsos techos preexistentes sin renunciar a la combinación de prestaciones energéticas de confort y calidad de vida existentes actualmente.

La importancia de la escalera como elemento vertebrador en esta vivienda, hace que constituya una pieza singular prestando especial atención y cuidado en su diseño, planteamiento y ejecución.

Por último, la planta alta alberga una serie de estancias que cubren las necesidades de la otra parte de la segunda y tercera generación de la familia. En este nivel, se liberan las alturas libres bajo cubierta, retirando los falsos techos que las ocultaban y generando en ocasiones espacios a doble altura.

El espacio diferenciador e identitario de la vivienda culmina esta planta; un mirador abierto pero cubierto, exterior pero con sensación de resguardo y refugio interior, que permanece casi intacto y que nos traslada a otra época. Hace décadas, el lugar noble de la casa desde donde contemplar desfiles y a su vez, años después, corral de gallinas.

Se desconoce si este sería el espacio habitado por el loro que, popularmente, dio nombre a la fuente.
Su extremada delicadeza y sencillez constructiva, sumada a la singularidad que transfiere al volumen exterior de la casa, implica un planteamiento de mínima intervención y máximo respeto.

Compartir

Arquitectos

  • Alicia Jiménez Jiménez

Promotor

  • Manuel Ariza Villar

Año finalización

  • 2022

M² Construidos

  • 348 m²
Compartir